dimarts, 14 de març del 2017

La verdad sobre Leonardo da Vinci

Érase una vez, un chico que vivía en un pequeño pueblo. Era el hijo ilegítimo de un campesino y durante sus primeros cinco años, le enseñaron a leer, escribir y conocimientos sobre aritmética. Después de eso, su abuela le enseñó sobre el arte. A partir de ahí, el niño empezó a pintar, e igual que todo lo que hacía se le daba de maravilla.

Leonardo era el nombre de este prodigio, pero era conocido por todo el pueblo como Leonardo da Vinci. Todo el mundo lo admiraba y lo trataban casi como a un rey. Desafortunadamente, esto duró hasta que cumplió 16 años. Con esta edad, el pobre chico empezó a ver a un extraño ser que decía que venía del siglo XXII, pero él era el único que lo veía. La gente empezó a pensar que estaba loco, lo llevaron al doctor y el diagnóstico fue esquizofrenia.

- ¿Por qué puedo yo verte, pero los demás no pueden? - le preguntó a su alucinación.

- Porque así lo deseo. -

- Por tu culpa todo el mundo me trata como si estuviera loco. -

- No lo estás. Yo soy real y como ya te he contado soy un gato cósmico del siglo XXII. Me llamo Doraemon. Encantado de conocerte, Leonardo. -

El extraño ser le contó quien llegaba a ser y que de la época de donde venía era admirado por mucha gente. También le explicó la razón por la que estaba allí.

- Tienes una de las mentes más privilegiadas que han existido y recurro a ti para que me ayudes a salvar mi época. Hagamos un trato, tú me ayudas a construir un artilugio que consiga derrotar al malvado Gigante y yo te ayudo a llegar a ser quien tienes que ser. -dijo Doraemon.

- Está bien, acepto el trato. -

Los dos se pusieron manos a la obra, Doraemon enseñó todo lo necesario para construir lo que necesitaba y juntos fabricaron un arma capaz de derrotar a Gigante.

- Si todo va bien, volveré y cumpliré mi parte del trato. -

- Espera, no quiero que me ayudes, quiero seguir por mí mismo como hasta ahora, quiero conseguir por mis propios méritos lo que dices que haré, así que no hace falta que vuelvas. Me lo he pasado muy bien contigo y espero que arregles la situación en tu época. Buena suerte. -

- De acuerdo. Que te vaya todo muy bien y gracias por todo. -

Doraemon volvió al siglo XXII, con el arma que habían construido, consiguió derrotar a Gigante y volvió la paz a su era. Por otra parte, a Leonardo no le fueron tan fácil las cosas, tuvo que esforzarse mucho y trabajar muy duro, pero finalmente consiguió ser el que el gato cósmico le había contado que sería.